Este sábado 10 de septiembre inauguramos una nueva sección de cine debate en e-dicciones. Aquí la grabación del la conversación que sostuvimos en torno a la película Silencio de Martin Scorsese.
Psicoanálisis (…) Japón
“Uno no oye el discurso del cual uno mismo es efecto”[1] menciona Lacan el 27 de enero de 1972 en su Advertencia al lector japonés. Este prefacio reviste cierta reversibilidad, pues también advierte a quienes se aproximan a la lengua japonesa, quizá a Japón en general: “Dicho esto, del Japón no espero nada. Y la afición que he adquirido por sus costumbres, incluso por sus bellezas, no me hace esperar más de él. En particular ser escuchado allí”[2]. Las dificultades para la acogida –al menos en lo referente a Japón– parecen ser asimismo recíprocas: “De tal suerte que deseo invitarlo a cerrar mi libro ¡tan pronto como haya leído este prefacio!”[3]. Esta (des)invitación recuerda muchísimo al gesto de Freud en la primera de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis: “En verdad les desaconsejo que vengan a oírme una segunda vez”[4].
Semilla podrida en suelo árido. Es bien sabido que la ‘mala nueva’ que es el psicoanálisis ha tenido variedad de recepciones en distintas geografías y culturas. De la maravillada incomprensión al furibundo ataque, pasando, también, por la seca indiferencia. ¿Qué nos enseña el singular modo de recepción japonés del psicoanálisis?
Se considerarán otras dos no-escuchas. El libro Música (1964) de Yukio Mishima, novela de ficción en la que Reiko, una joven mujer acude al psicoanalista pues no puede escuchar la música[5]; y la película Silencio (2016) de Martin Scorsese, basada en la novela homónima de 1966 escrita por Shūsaku Endō, un drama histórico sobre las peripecias que vivieron los primeros cristianos al llevar la ‘buena nueva’ al archipiélago asiático y acerca de ser oídos pero no escuchados por los nipones, ni tampoco sentirse escuchados por su dios.
De nuevo con Lacan, el 21 de abril de 1971, en el Discurso de Tokio, ubica el asunto justo en las orejas: “Esta enseñanza tal como es, con lo que puede parecerles abstracto[6], en fin, todo depende con qué oreja pueden ustedes leer estas cosas. Entre ustedes ninguno es psicoanalista. Es un fastidio. Eso podría ayudar algo”[7]. Y realmente la cuestión no entró por las orejas, pues la grabación a partir de la cual se transcribió esta intervención está perdida[8].
Parafraseando tanto al parisino como al nazareno: ¡Quien tenga orejas para leer, que escuche!
Insumos de trabajo
Lacan, Jacques (1971/s.f.). Discurso de Tokyo. Pas-tout Lacan, disponible en: http://www.ecole-lacanienne.net/.
Lacan, Jacques (1972/2012). “Advertencia al lector japonés”. Otros escritos, Editorial Paidós, Buenos Aires, pp. 523-526.
Mishima, Yukio (1964). Música. Seix Barral, España.
Scorsese, Martin (Dir.) y Barbara De Fina, Randall Emmett, Vittorio Cecchi Gori, Emma Tillinger Koskoff, Gaston Pavlovich, Martin Scorsese e Irwin Winkler (Prods.). (2016). Silencio. Estados Unidos, Taiwán, México: Paramount Pictures. Link:
https://www.gloria.tv/post/WcrHWV6Pq2eJ4GFxm2m1N4fDe – 10
[1] Avis au lecteur japonais, se trata del prefacio para la edición japonesa de los Écrits, publicado primero en La lettre mensuelle de l’École de la cause freudienne, No. 3, en octubre de 1981 y finalmente en Autres écrits, por Éditions du Seuil, Paris, 2001, pp. 497-499; la versión en español aquí citada es la de Otros escritos, por editorial Paidós, Buenos Aires, 2012, pp. 523-526.
[2] Ibid., p. 523.
[3] Ibid., p. 525.
[4] “1a Conferencia. Introducción” (1916 [1915]). En Obras Completas, Tomo XV, Amorrortu, Buenos Aires, 1985, p. 13.
[5] Metáfora que Kazunori Shiomi, su analista, pronto escuchará de manera distinta: no había ningún problema en el oído de Reiko, se refería a que no podía sentir placer sexual, la música en tanto orgasmo.
[6] Algunas líneas más adelante puntualiza: “éste es el peor término, eso no es abstracto, son siempre cosas muy concretas, — esas cosas que, si ustedes no son analistas pueden imaginar muy difícilmente”, p. 7.
[7] Cursivas propias. La versión en francés de este texto se encuentra en Pas-tout Lacan, en la página web de la école lacanienne de psychanalyse: http://www.ecole-lacanienne.net/. Acá se usa la traducción de la versión bilingüe establecida por Claudia Bilotta y Ricardo E. Rodríguez Ponte.
[8] Anotación que se encuentra al inicio de la versión antes mencionada: “La transcription de cette intervention du Dr Lacan a été établie, à partir d’un enregistrement aujourd’hui perdu, par M. Philippe Pons, correspondant à Tokyo du journal Le Monde”.